Algo bueno de que hablar
Prosa Aprisa/Por Arturo Reyes Isidoro.
En “Prosa aprisa” del pasado 16 de agosto comenté el surgimiento en Xalapa, la mismísima capital de Veracruz, el asiento de los tres poderes, de señales de cubanización, de la venta y compra de vestimenta, calzado, enseres domésticos y chucherías de uso en las salas, los pórticos, las ventanas, los patios de las casas, objetos tal vez con algún valor sentimental que muchos xalapeños se deshacen de ellos no porque no les sirvan sino porque necesitan con urgencia un ingreso para poder sobrevivir, y que los adquieren quienes no tienen suficientes recursos para comprarlos nuevos. La necesidad pues, la pobreza en un círculo inevitable.
Por eso me parece loable la campaña que año con año realiza la escuela preparatoria “Oficial B”, la famosa “Oficial B”, ubicada sobre la calle Insurgentes en la Atenas Veracruzana, consistente en pedir en donación a exalumnos uniformes de uso en buen estado (playeras, sudaderas, pantalones, chamarras) para dárselos a alumnos de nuevo ingreso con necesidades económicas.
Mi compañera editora de libros en la Universidad Veracruzana María Angélica Guerra Dauzón junto con su hijo Rodolfo se convirtieron este año en donantes, pero como ellos también muchos otros paters familias de buen corazón y con un alto sentido de solidaridad, que mínimo les ahorraron a familias necesitadas 500 pesos en ropa de uniformes, que de otra forma hubiera significado un verdadero sacrificio para ellos conseguirlos.
Porque sí hay cosas buenas que contar, pero de los veracruzanos de a pie, de ciudadanos ejemplares de clase media media o media baja para abajo, es que comento este gran detalle.
No sé si la iniciativa de la “Oficial B” se replique en otros centros escolares de Xalapa y del Estado, que si es así qué bueno y si no ahí dejo la idea, no sin dejar de hacer mi más amplio reconocimiento a las autoridades escolares de esa preparatoria y a los padres y a los exalumnos que con gusto se desprenden de sus pertenencias para apoyar a quienes más lo necesitan. Ejemplar, verdaderamente ejemplar, estimulante.
Inconformidad con el proceso rectoral
Interesante la carta de inconformidad que presentó ayer al medio día ante la Junta de Gobierno el joven doctor en Derecho Manlio Fabio Casarín León por el proceso para designar al nuevo rector o rectora de la Universidad Veracruzana.
No es el único inconforme pero sí, eso creo, el único que ha recurrido al debido cauce institucional y con argumentos sólidos legales en vez de buscar la vía de las redes sociales o mediática con declaraciones, desplegados periodísticos o descalificaciones para tratar de llamar la atención.
Por un lado me da gusto que dentro del seno de nuestra propia casa de estudios se dirima un asunto que nos atañe a todos los universitarios y por extensión diría que a todos los veracruzanos. Por otra, que se honre el conocimiento, la preparación legal, la capacidad de razonamiento y la conducta que debe observar todo universitario que se precie de serlo, como lo ha hecho Manlio Jr. (su padre, universitario también, fue director de la Facultad de Derecho).
Se dirigió con toda propiedad a quienes tienen en su mano designar a quien será la máxima autoridad de la UV en los próximos cuatro años y lo menos que se merece es una respuesta puntual, punto por punto, en aras también de despejar toda sospecha de que hay dados cargados a favor de determinada persona, duda que en nada ayuda a la buena imagen que tiene la casa de estudios pero que de no aclararse debidamente restaría también credibilidad y autoridad a quien sea designado.
A últimas fechas he leído o me he enterado de una fuerte ola de críticas contra la actual rectora Sara Ladrón de Guevara, críticas que son buenas y sanas porque honran el propio espíritu de la UV de luz, de apertura a las ideas, aunque también, eso creo, debe ser al entendimiento.
Hay la percepción de que será reelegida para un nuevo periodo (los últimos rectores todos han resultado reelectos). Desde mi muy particular punto de vista, no lo ha hecho mal, sobre todo si se toma en cuenta las difíciles condiciones económicas que ha enfrentado la casa de estudios aunque, claro está, todos quisiéramos que se hubiera hecho más y mejor en los últimos cuatro años. Yo creo que su gestión es aceptable, así, a secas.
Académicamente no tengo duda que tiene todos los merecimientos para estar y seguir al frente de la Rectoría, pero en nada le ayuda ni a ella ni a los otros dos finalistas el mínimo de sospecha de que la Junta de Gobierno quiera favorecer a un aspirante en forma delibera.
Aunado a ello, si bien en un principio la intención fue darle a la universidad y a la comunidad universitaria el lugar que debe jugar y ocupar en la vida pública de Veracruz (eso pienso), creo que es hora de pintar una raya con el actual gobernador y con todos los que vengan, del partido que sean, para liberar para siempre toda sospecha de que el mandatario en turno también quiere meter las manos en el proceso de sucesión rectoral porque daña la unidad de la comunidad universitaria y el espíritu de convivencia que siempre ha prevalecido.
Quiero creer que el acercamiento de la rectora con el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares fue con la idea o pensando que ayudaría a recuperar el dinero que los dos últimos gobernadores antes que él, Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa, le quitaron por no decir que le robaron. Creo que finalmente en nada ha ayudado pues el hecho de que esté entregando recursos es porque está pactado legalmente, porque una parte la envía la Federación y la otra la tiene que entregar el Estado, esto es, no es ninguna concesión gratuita o personal, y la deuda institucional no se ha amortizado.
No que no haya relaciones formales. Para nada. Pero cada quien en su parcela. Al menos eso creo que debe ser. La Junta de Gobierno deberá dejar todo limpio y en claro para bien de la UV y de la próxima rectora o rector.
Luz y sombra en el panismo
En algunos casos, el panismo está resultando decepcionante. Se llenaron la boca diciendo que con ellos todo sería diferente, que habría verdadero cambio, que Veracruz sería el Paraíso en la Tierra, que eran unos verdaderos sácalepunta, unos muy lanza, unos uyuyuy de eficacia, de honestidad, de austeridad, de transparencia…
Insensibles, faltos de solidaridad con los millones de pobres que hay en Veracruz, de miles de desempleados que si acaso sobreviven, un diputado “panista”, Rodrigo García, se casó, muy de su gusto, pero la fiesta la realizó en un hotel de Cancún donde un festejo colectivo, por muy barato que sea cuesta toda una millonada, un lujo ofensivo para tanta pobreza y necesidad de una población a la que supuestamente representa.
Este es uno de los granitos de maiz que van llenando el buche del desencanto, del descontento popular contra el panismo que hoy está en el poder. Con ese tipo de aliados para que quiere más enemigos el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.
Por el contrario, a mi juicio hizo bien el presidente de la Junta de Coordinación Política, Sergio Hernández, al desistir de ir a Washington a recibir un dizque premio de una organización internacional, que en realidad es una organización que año con año tima a cuanto incauto puede dándole la noticia de que por sus “merecimientos” lo consideró para otorgarle un “galardón”, pero por el que tiene que pagar una buena cantidad de dólares.
Se recuerda que en la legislatura anterior muchos diputados duartistas priistas compraron esos “premios” por docena y con el pretexto de ir a recibirlos se gastaron nuestros impuestos en los yunaites dándose la gran vida.
O sea, así como en el panismo hay quien hace caso a la crítica social y rectifica, hay quienes no tienen escrúpulos y abusan, ofenden y defraudan la confianza del pueblo que los hizo llegar al poder. Esta vez, paloma para Sergio.
MC se prepara para el 2018
El partido Movimiento Ciudadano celebrará mañana viernes su Segunda Convención Estatal para renovar la directiva de su Comisión Operativa en el Estado, en la que estará presente su coordinador nacional Dante Delgado. Será al medio día en un hotel de la avenida Ruiz Cortines cerca de la Secretaría de Finanzas.